Ningún producto de Enfamil fue afectado por el retiro reciente iniciado por otro fabricante. Aprende más sobre nuestros estándares de calidad.

5 Minutos de lectura
Si tu bebé tiene dificultades para digerir la lactosa, o sea el azúcar en la leche, es posible que tenga intolerancia o sensibilidad a la lactosa. Esta reacción a la lactosa puede resultar incómoda para tu pequeñito y dificultar el momento después de la alimentación. Veamos los indicadores y las causas de la intolerancia a la lactosa en los bebés y consejos para controlar este problema digestivo.
Esta molestia digestiva puede suceder entre 30 minutos y dos horas después de consumir lactosa. El grado de sensibilidad a la lactosa varía de un bebé a otro. Esto se debe a que cada bebé (y cada persona a medida que crece) puede tener diferentes niveles de lactasa en sus intestinos; la cantidad que el cuerpo produce tiende a disminuir naturalmente con la edad. Por esta razón algunos bebés tienen sensibilidades leves que aparecen y desaparecen. En algunos casos, los bebés nacen con deficiencia congénita de lactosa, un raro trastorno genético en el que el cuerpo de un bebé produce una cantidad mínima o nula de lactasa. Aquellos que producen menos lactasa suelen tener experiencias más graves.
En resumen, la intolerancia a la lactosa es causada por la incapacidad de digerir la lactosa, que es uno de los carbohidratos más importantes de la leche materna y de las fórmulas a base de leche.
Cuando el sistema digestivo de un bebé aún se está desarrollando, es posible que su cuerpo no produzca suficiente enzima lactasa, que descompone la lactosa en azúcares simples que pueden usarse como energía. Sin lactasa, la lactosa no se absorbe y, al pasar por el sistema digestivo, es devorada por las bacterias que viven en el intestino.
Muchas de esas bacterias están ahí para ayudar a digerir los alimentos y a procesar popós (heces) saludables. Pero cuando se alimentan de lactosa, producen muchos gases y es posible que no ayuden a procesar otros alimentos, lo que explica por qué los gases, el dolor y los popós (heces) inusuales son indicadores tan comunes de la intolerancia a la lactosa.
La intolerancia a la lactosa es poco común en los bebés y causa problemas digestivos severos después de ingerir leche o productos lácteos. La sensibilidad a la lactosa, sin embargo, es mucho más común en los bebés y suele ser temporal.
La diarrea, los gases y el dolor de estómago no siempre significan intolerancia a la lactosa; también pueden indicar alergia a la proteína de la leche de vaca (o CMPA por sus siglas en inglés), problemas digestivos generales comunes en los primeros tres meses de vida u otra cosa. Si los bebés tienen problemas más graves o persistentes, pregúntale a tu pediatra sobre la alergia a la proteína de la leche de vaca y qué alternativas de fórmula podrían ser mejores para tu bebé.
Los recién nacidos tienden a tener altas cantidades de lactasa para que puedan crecer sanos y fuertes bebiendo leche. Es justo cuando crecen que las cantidades de lactasa pueden comenzar a disminuir. Entonces, incluso si tu bebé no tiene sensibilidad a la lactosa ahora, es bueno saber qué buscar en caso de que la desarrolle más adelante en la vida.
Muchos estudios↗ sugieren que las personas de ascendencia africana, asiática oriental, hispana, indígena estadounidense, italiana y/o judía tienen más probabilidades de experimentar intolerancia a la lactosa, aunque generalmente más tarde en la niñez o en la edad adulta.
Tu pequeñito podría tener molestias digestivas entre 30 minutos y dos horas después de consumir lactosa.
Algunos bebés pueden tener una sensibilidad leve a la lactosa y puede ser sólo una cuestión de controlar la cantidad de lactosa que consume. Un problema más grave o persistente, podría indicar una causa oculta, como una alergia a la proteína de la leche de vaca.
Si estás usando fórmula y sospechas que tu bebé puede ser sensible a la lactosa, pregúntale a tu pediatra sobre la posibilidad de cambiar de fórmula. Puede que valga la pena considerar la fórmula NeuroPro Gentlease fácil de digerir, de Enfamil o la fórmula ProSobee a base de soya.
La sensibilidad a la lactosa en los bebés difiere de la intolerancia a la lactosa que puede desarrollarse más adelante en la vida. Aún si tu bebé es sensible a la lactosa ahora, debes saber que muchos bebés superan la sensibilidad a la lactosa y pasan con éxito a la leche de vaca cuando llega el momento. Mientras tanto, tienes muchas opciones para ayudar a calmar el malestar de tu bebé causado por la sensibilidad a la lactosa.
Si estás amamantando, puedes eliminar la leche de vaca de tu dieta, junto con los productos lácteos comunes como la mantequilla, el queso y el yogur. Si estás alimentando con fórmula, trata de cambiar a una fórmula especialmente formulada para pancitas sensitivas que tenga una nutrición completa.
La cantidad de lactosa que necesitarías eliminar de la dieta de tu bebé depende de qué tan sensible sea tu bebé. Si tu bebé puede tolerar cierto nivel de lactosa, puede ser beneficioso mantener lactosa que sea fácil de digerir en su dieta.
Consulta siempre con tu pediatra antes de hacer cambios en la dieta de tu bebé o en la tuya durante la lactancia.
Si tu bebé tiene diarrea o llora y se queja poco después de consumir lactosa, o si no aumenta de peso, habla con el pediatra de tu bebé. Para determinar si tu pequeño tiene problemas para digerir la leche, su pediatra puede solicitar una prueba de acidez en el popó, en la que se examina una muestra para detectar ácidos lácticos, así como otros ácidos. Muchos casos sospechosos de intolerancia a la lactosa resultan ser otros problemas digestivos simples que se manejan fácilmente. Es una buena idea llegar preparada a la cita con el pediatra y llevar una lista de preguntas como las siguientes.
Para ayudar a tu pediatra a determinar si tu bebé es sensible a la lactosa, escribe todas las experiencias de tu pequeñito:
Tener toda la información y preguntas a la mano hará que tu cita con el pediatra sea lo más productiva posible. Obtén aún más consejos para aprovechar al máximo tu visita al pediatra.
Y no te desanimes- si bien la sensibilidad o intolerancia a la lactosa puede parecer desalentadora al principio, te pondrá en el camino correcto para tener un bebé más feliz y saludable. Si estás alimentando a tu bebé con fórmula, controlar la sensibilidad a la lactosa puede ser tan fácil como cambiar a una fórmula sin lactosa o con el mínimo de lactosa.
Encuentra más información y consejos aquí sobre la intolerancia a la lactosa.
Si estás alimentando a tu bebé con una fórmula para bebés a base de leche pero te preocupa que tu pequeñito pueda tener sensibilidad o intolerancia a la lactosa, pregúntale a tu médico si una fórmula alternativa puede ayudar. Para una alternativa a base de plantas a las fórmulas lácteas, habla con tu médico sobre la fórmula de Enfamil ProSobee, que tiene proteínas de soya que son suaves para las pancitas sensitivas.
Para ganar recompensas, conseguir descuentos, regalos y más, únete a nuestro programa de ‘Enfamilia’ de Enfamil Family Beginnings. También recibirás contenido personalizado para bebés y consejos útiles a tu correo electrónico.
Toda la información de Enfamil, incluyendo, pero no limitada a la información sobre la salud, condiciones médicas y nutrición, está destinada a tu conocimiento en general y no substituye la identificación del cuidado médico de un profesional de la salud, consejos o el manejo para condiciones médicas específicas. Debes buscar atención médica y consultar a tu médico o pediatra por cualquier problema específico de salud o nutrición. Nunca ignores el consejo médico profesional ni retrases la búsqueda de tratamiento, atención o ayuda médica debido a la información que hayas leído en Enfamil